Kampong Phluk: El pueblo flotante más hermoso del Tonlé Sap
Después de explorar los templos de Angkor, déjate llevar por el alma fluvial de Camboya y descubre Kampong Phluk. Este pueblo sobre pilotes, enclavado en las aguas del Tonlé Sap, comparte muchas similitudes con las comunidades del Mekong, donde la vida se adapta al ritmo de las estaciones y los caprichos del agua. Entre canoas cargadas de frutas, casas elevadas y bosques inundados, esta escapada ofrece una mirada única a un estilo de vida moldeado por el río.
Un camino caótico pero auténtico
Ubicado en la comuna de Prasat Bakong, a unos 30 kilómetros (unos 30 minutos en coche) al sureste de Siem Reap, Kampong Phluk invita a los viajeros a salirse de los caminos habituales. Llegar allí requiere algo de paciencia. La carretera, aún en obras, alterna entre polvo y baches, especialmente cuando los camiones pasan a toda velocidad. Para prepararse, es recomendable llevar gafas de sol y una bufanda para protegerse del polvo.
Al llegar a la taquilla, los visitantes pueden elegir entre un paseo en lancha motora por el pueblo flotante o una excursión en canoa a través de los manglares.

La vida al ritmo del agua en Kampong Phluk
Los habitantes del pueblo flotante de Kampong Phluk viven principalmente de la pesca. El pueblo cuenta con unos 3.000 habitantes. Durante la estación seca, que va aproximadamente de noviembre a abril, el nivel del agua baja y muchas familias se dedican a la agricultura para complementar sus ingresos.
Cuando las aguas suben, la pesca vuelve a ser la actividad principal. El turismo también representa una fuente de ingresos adicional para la economía local.
Al visitar Kampong Phluk, los viajeros pueden observar numerosas casas elevadas sobre altos pilotes, construidas así para hacer frente a las crecidas durante la temporada de lluvias. Según la topografía del terreno, algunas viviendas se elevan hasta 6 o incluso 9 metros de altura.

En la temporada húmeda, las casas parecen flotar, conectadas por puentes improvisados y ágiles embarcaciones. En la estación seca, los pilotes muestran toda su impresionante altura, reflejando la notable capacidad de adaptación de la comunidad.
Este vínculo profundo con el entorno refleja una relación íntima y duradera entre el ser humano y la naturaleza, como lo simbolizan los tamarindos que inspiraron el nombre del pueblo, "Kampong Phluk", que significa "el puerto de los tamarindos".
La vida cotidiana aquí es como un cuadro viviente: al amanecer, los pescadores extienden sus redes, los niños juegan en el agua, y los mayores observan el ir y venir desde sus portales.
En el centro del pueblo se encuentra una pequeña pagoda construida sobre pilotes, que sirve como refugio espiritual para los habitantes. Erigida sobre un terreno ligeramente más elevado, está decorada con coloridos frescos que relatan la vida de Buda. Durante las ceremonias, el tintinear de la campana resuena sobre las aguas, aportando un toque de serenidad a la atmósfera tranquila del pueblo.
El bosque de manglares
Una experiencia imperdible en Kampong Phluk es el paseo en barca por el bosque de manglares. Las raíces sumergidas de los árboles, el susurro del viento y el chapoteo del agua crean una atmósfera única, una inmersión total en un ecosistema rico y bien conservado.
Al final del día, Kampong Phluk se ilumina bajo un cielo ardiente. A bordo de una barca, se desliza uno sobre las aguas tranquilas, mientras los pescadores regresan al pueblo. La luz dorada se refleja en las casas sobre pilotes, ofreciendo un espectáculo tan apacible como inolvidable. Un instante suspendido, para saborear antes de que caiga la noche.
¿Cuál es la mejor época para visitar Kampong Phluk?
Kampong Phluk se puede visitar durante todo el año, pero cada estación ofrece una experiencia diferente:
- De agosto a noviembre, durante la temporada de lluvias, el lago alcanza su nivel más alto y el pueblo se convierte en un verdadero mundo flotante, ideal para la fotografía.
- De diciembre a abril, en la estación seca, las aguas se retiran, dejando al descubierto las altas estructuras sobre pilotes y los caminos de tierra rojiza, perfectos para paseos y encuentros con los habitantes.
Si bien la visita a Kampong Phluk brinda una experiencia única, también plantea interrogantes sobre el impacto del turismo. Para los residentes, la llegada de visitantes representa tanto una oportunidad económica como un equilibrio frágil que debe preservarse. El pueblo no es una atracción creada para los turistas, sino un lugar de vida donde todos deben encontrar su espacio…








